sábado, diciembre 16, 2006

El viaje pluscuamperfecto (ii): En la selva

Continuamos con la segunda entrega del viaje a Costarica. Después de visitar la costa del pacífico nos tocaba acercarnos a la cordillera central, a ver selva, montaña y volcanes.

Salimos para Santa Elena bien temprano, en prevision de los baches que tenian algun pedazo de carretera. Nos paramos a comer en una soda de pueblo, donde Selia se dedicó a sacar miles de fotos a los niños de la dueña. Comimos un pinto de lomito (con una carne estupeeeenda), y un estofado de carne. Antes de volver a meternos en el coche, un magnífico cafecito tico y un poco de conversación con la señora que nos dijo que habia una carrera de caballos en un pueblo cercano. Seguimos nuestra ruta y coincidió que pasabamos por el pueblo en cuestión, asi que mientras cruzábamos la calle principal, vimos a medio centenar de jinetes paseandose por el pueblo y todo el mundo asomado a las puertas de las casas para ver el espectáculo. La escena parecía sacada de un relato de García Márquez. Poco después de pasar este pueblo empezaba la carretera/camino de subida a Santa Elena. Nos había hablado maravillas del camino que conduce al bosque nuboso, y nos esperábamos lo peor. Asi que encontrarnos con barro, baches y canales en la carretera no nos pilló por sorpresa. El viaje se hizo entretenido, con chaparrones dispersos, nieblas intermitentes y paisajes verdes que me recordaron bastante a las montañas asturianas. A media tarde llegamos a Santa Elena, un pueblo embarrado y lleno de actividad y de actividades orientadas a los turistas. Basicamente la comarca vive del bosque/selva y de los "canopis" que entretienen a los turistas. Esto de los canopis es un invento que seguro que a todos os suena. Hace unos años se dieron cuenta de que la mejor forma de ver el bosque tropical no era desde abajo, sino desde las alturas, observando la densidad de arboles. Asi que construyeron plataformas unidas entre sí por puentes, o por cuerdas. La cosa ha ido degenerando y ha combinado el aspecto "ver" con el aspecto "aventura" y ahora hay miles de canopis que ofrecen jugar a Tarzán con un arnés que te permite lanzarte de árbol a árbol. Ya no ves la selva (es difícil verla cuando te desplazas a gran velocidad entre ramas, comiendo hojas y escupiendo mosquitos), pero te lo pasas dabuten-colega. En el pueblo hay numerosos hostales, mariposarios, insectarios, ranarios, fincas privadas con excursiones para ver animales,... y esta cerca de dos reservas nacionales: Monteverde (posiblemente la más famosa) y Santa Elena.

Después de buscar alojamiento en una pensión cerca del centro del pueblo, y de hablar durante un buen rato con el propietario verborreico que nos aconsejaba sobre las cosas que se podían hacer al día siguiente, fuimos a ver el ranario, en una excursión nocturna. Las ranitas son animalillos nocturnos, y al atardecer son especialmente activas. Nos tocó un guía para nosotros sólos. Un chavalito bastante simpático que se había estudiado muy bien la lección y se lo pasaba tan bien como nosotros buscando a las ranitas en cada terrario. Lo flipamos bastante con las ranitas venenosas de colores llamativos, y con las arbóreas que se subían por las ramas haciendo equilibrismos.
Im-prezionantes.

Para cenar, fuimos al restaurante Maravilla que según la guía ofrecía la mejor comida local, a pesar del aspecto chungo de los manteles de plástico. Nos quedamos encantados, una vez más, por un precio más que razonable. Al día siguiente teníamos pensado visitar la reserva de Santa Elena, y tocaba levantarnos temprano. Nos pegamos el madrugón, y despues de desayunar a toda leche nos fuimos a la oficina de información. Con mucha calma, el chico de la recepción nos comentaba como funcionaba la cosa y cómo se llegaba al , que estaba como a 15minutos. Al preguntarle si había posibilidad de hacer una excursión con guía, el tipo miró con parsimonia el reloj y dijo, "si, si... claro... mmmmm... bueno, en 10 minutos empieza una excursion. Si os interesa, puedo llamarles y que esperen, pero teneis que ir con prisa, sin perderos y sin parar hasta llegar al parque...". Antes de que terminase la frase ya me estaba subiendo al coche y arrancando. Afortunadamente, el pluscuamperfecto no hizo acto de presencia en esta ocasión (al menos negativamente) y llegamos a tiempo. Una vez más, no ser guiris angloparlantes nos facilitó la cosa y nos tocó un guía en español para nosotros solos. Hacia frío y llovía, pero íbamos equipados con unas botas estupendas que habíamos comprado el día antes, y unos impermeables/bolsas de plástico para la lluvia constante del bosque nuboso.

Esto del bosque nuboso es selva tropical. Pero a diferencia de la selva convencional, aquí llueve constantemente, por la condensación de las nubes de altura en la floresta. Estamos en la cordillera que separa la vertiente del pacífico de la del Caribe, asi que hay humedad a mazo. En la selva tropical lluviosa en cambio caen chaparrones diariamente. Pero luego sale el sol, hay humedad, condensación y formación de nuevas nubes, con nuevos chaparrones. Yo ya había estado antes en la selva (en Venezuela y en Brasil), pero era la primera vez que Selia se metía en algo así. Y lo flipó. El guía nos hizo un recorrido y nos contó cosas de la vegetación, de los bichitos y de los animalitos. Tambien le preguntamos por la opinión de la gente que vive por allí. Vimos un cerdo salvaje, miles de colibríes, pajaritos variados y una familia de monos capuchinos.

Correccion: el cerdo salvaje se llamaba Charlie y habia vivido la mayor parte de su vida con una familia, cuando crecio, lo llevaron a la reserva y lo pusieron en libertad. Al principio no se despegaba de la gente, pero se echo una novia y ahora pasaba mas temporadas en la selva.

Después de empaparnos (literalmente)de naturaleza nos fuimos a comer al pueblo. Esta vez, en el restaurante Campesino, donde nos dimos otro homenaje a base de comida tica. Luego decidimos acercarnos otra vez al ranario, para poder sacar fotos (en la excursión nocturna no pudimos pq el flash molesta a las ranitas). Nos pusimos ciegos de sacar fotos, aunque de día estuviesen casi todas durmiendo y acurrucaditas. A media tarde decidimos hacer una excursión vespertina para ver más bichos. El guía de la reserva nos había comentado que por la tarde trabajaba en otro sitio y que hacían excursiones, asi que para allí fuimos.


Nos tocó un grupo tal vez demasiado grande para mi gusto, con un guía no tan enrollado como el de la mañana. Pero a pesar de esto pudimos ver a una madre perezosa y su retoño bajando a tierra para cagar(algo que no pasa demasiado a menudo, solo una vez a la semana), para regocijo del grupo de turistas que se dedicó a comentar la jugada durante 15 minutos (oooh, que tierno, la madre con el chiquitin, oh, mirad, mirad... bajan a tierra... sniff, sniff... pues si, parece que van a cagar... apaguemos las linternas para darles algo de intimidad...). También vimos un pizote (coati), un pájaro bobo, tarántulas, bichos palo, y algún que otro pájaro durmiendo.

Nuestro grupo era de hispanoparlantes y nuestro guia del salvador. Ademas de nostros habia una pareja y otro espanol que se pasaron toda la visita dando la nota. Metiendose con el guia, que si la selva estaba oscura, que si donde estaban los bichos, que era mentira, que ellos no veian nada, haciendo chistes ironicos... Me tuve que contener para no decirles algo, pero eran mayores que yo, (que no ancianos)y no era plan.
Al final de la excursión, uno de los excursionistas nos dijo que él llevaba varios años recorriendo el país y que había escrito una guía de Costarica y nos regaló un ejemplar, que por supuesto pedimos que nos firmase. Tiquicia se llama la guía, y fue un magnífico complemento para nuestra arrugada Lonely Planet.

Yo (Celia) no daba credito, el tipo habia escrito un libro y todos se avalanzaron sobre el para que le firmase un ejemplar, se sacaron fotos, lo adularon, en fins, que escribir cuesta u huevo, ya lo se, pero de ahi a hacerle semejantes fiestas a alguien ... esto del famoseo es bastante curioso.


Después de la experiencia selvática, nos fuimos a la cama pq al día siguiente nos tocaba acercarnos al volcán.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Esto es como ir de turismo desde casa, :-) que envidia me dais, sana ehh que conste.

La selva tiene que ser impresionante, oye y a esos españoles que van dejándonos mal por ahí, había que haberles metido una bota en la boca... hay cada uno por ahí suelto....menos mal que nuestros representantes Gallego-Asturianos dejan el pabellón alto que si no.

Un beso muy gordo para los dos, ahh espero con ansia el resto de entregas… quiero seguir viajando aunque sea a distancia.

diciembre 18, 2006 1:39 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

selia, con lo miedica que soy, me ha dado un poco de miedo tu foto con el chubasquero transparente, pareces un ánima del bosque...

diciembre 18, 2006 5:56 a. m.  

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