Aniversario

Despues del paseo por los volcanes y de recorrer la mitad de California en nuestra mal organizada excursion del fin de semana pasado, tocaba descansar. Ademas este fin de semana, era nuestro aniversario. No pensabamos celebrarlo, pero cuando nos enteramos de que nuestros padres y demas parientes se habian pegado una increible zampada con la excusa, decidimos que no podiamos ser menos.


El viernes como preparacion, nos fuimos con Sandra y Lucas a explorar los restaurantes de Mission, en San Francisco.
Mission es la zona hispana y esta llena de sitios apeticibles por descubrir.
Por ahora, solo hemos ido a 2, uno cuando estuvieron aqui las cunhadas, de crepes donde como viene siendo habitual, me cegue por comerme el que mas cosas tenia, el que mas grande parecia, y el que resulto, como siempre, ser el menos sabroson de todos, no aprendo. El otro, este fin de semana un restaurante centroamericano, donde como compartimos no tuve problemas de eleccion y donde nos comimos unas cosas bueniiiiiiiiiiiiiisimas acompanhados por Maria Jimenez cantando a Sabina y para los postres, un poquito de salsa.

Lucas es un tipo, digamos robusto, de madre gallega, que deleita a Miguel en el despacho con cintas de Ana Kiro, y que despues de acabarse los postres nos explico que esa musica le recordaban las verbenas de su pueblo, se levanto y nos hizo una demostracion de como mover las carnes. Menudo ritmo que tenia el fulano.

A la manana siguiente, que mejor celebracion que acudir a una feria de bienvenida de estudiantes en la Universidad de Berkeley, con sus ruletas para ganar premios inimaginables, apuntarte a los deportes mas absurdos, sacarte fotos con Frostis, el tigre que hay en ti, en fins, fenomeno, con lo que yo disfruto con los papeles gratis de propaganda. Llegue a casa llena de porquerias varias, una ensalada de espinacas, un yogurt, un paraguas, 4 tazas de lata, boligrafos, rotuladores, pegatinas, folletos, imanes para la nevera (de arriba abajo, que esta, cubierta de ofertas de pizzas)...Ademas de haber dejad mis datos personales por todas partes para que me atufen bien de spam. Cualquiera diria que he hecho un master para aprender a proteger mi privacidad. Pero lo bien que me lo pase, no solo alli haciendo todas las colas y participando en todas la gilipolleces como una mas, sino despues en casa, tirando todos los papeles inservibles que habia recolectado. (para desgracia de Miguel, he descubierto esta nueva faceta de disfrutar tirando cosas. Ahora empiezo a entender a mi padre cuando le dan ataques de limpieza y nos quiere tirar todo a la basura. Esta claro qu necesita ir a mas ferias donde den papeles y folletos inservibles para sublimar sus instintos.)
Nos lo pasamos tan bien (no estoy segura de que fuera nos y no me, pero no hubo demasiadas quejas), que nos olvidamos de comer y nos fuimos directamenete al Mall como cualquier americano en fin de semana. Al centro comercial, a comprar un ordenador nuevo a Celia, viva, viva.

Un dia agotador que acabo con una cena estupenda en un chino.
Descubrimos unos lollitos de plimavela (spling lols, en ingles) con salmon y espinacas espectaculares. En realidad, con los aperitivos nos llenamos y tuvimos que pedir una cajita para guardar la cena para el dia siguiente. No tomamos postre, Miguel no tomo vino porque tenia que conducir y yo tome una copita, pero sin pasarse que no es cuestion de tajarse asi, uno solo. Estabamos molidos. Ser americano consumista es muy cansado, asi que a las 10 estabamos de vuelta en casa y a las 10.10 roncando a pierna suelta. Hubo que dejar las celebraciones para otro dia porque no habia fuerzas.