martes, septiembre 26, 2006

De fotos y familiares

Se acabo la temporada de visitas y por ahora no tenemos nada programado, así que, hagan sus reservas, que después se nos acumula el trabajo.
Ya nos estamos haciendo unos guias estupendos, con dominio del territorio. Aunque eso nos cuesta horas y horas de excursiones, seleccionando solo lo mejor.

La visita de padres+suegros coincidió también con la de prima Meri y Glaudia, (conocida en círculos ibéricos como Gloria). Los americanos son incapaces de reconocer el nombre y han inventado su adaptación. (Yo soy Silia).


Aparte de las aglomeraciones a la hora de la cena en nuestra pequeña casa y las maletas y bultos por todas partes, todo estuvo bajo control.

Cual turistas japonesas armadas con sus cámaras las primas se dedicaron a recorrer San Francisco, volviendo a casa cada día muertas de cansancio y con una media de 200 fotos cada una. Las mismas, pero desde distinto ángulo.

Un vez que te acostumbras a lo de la cámara, se convierte en un apéndice de tu cuerpo. Las excursiones se organizan alrededor de la mejor luz para hacer fotos (una cosa es que se organicen y otra que los planes salgan como deben, pero esa es otra historia) y su duración se acomoda a la duración de la batería o de la tarjeta.

En realidad todas las criticas a los turistas japonesas que se bajan del autobús para hacer fotos, era un tema de envidia, nosotros no teníamos la tecnología adecuada para hacerlo. Ahora que podemos proveernos de una cámara digital, somos iguales.

El jueves, después de levantarnos a las 5 de la mañana para llevar a padres al aeropuerto, me cogí el día libre para pasear con primas y unirme a la fiebre de las fotos.
Fuimos hacia Big Sur y aunque Berkeley hacía n día increíble, cuando llegamos a Carmel, parecía que estábamos en invierno y la niebla no dejaba ver ni un pedacito de cielo azul. A pesar de eso, comimos nuestros bocatas de filetito y gracias a la insistencia de Glaudia seguimos bajando y no nos dimos por vencidas. Big Sur estaba de nuevo soleado y fuimos parando cada 5 minutos en todos las curvas de la carretera que son muchas, para sacar la misma foto de la costa en distintas versiones.

Esto nos ocupo todo el día, hasta el atardecer, en que perdimos el norte totalmente e hicimos 300 fotos del sol, que podrían ser lo mismo en Madrid que en Big Sur. Bueno en realidad no, porque la bola naranja metiéndose en el mar no se ve.
También se día se inició la colección de matrículas de Claudia.

El viernes, para completar el papel de turistas nos fuimos de compras de regalitos. Yo estaba encantada de tener acompañantes en mis paseos, porque no es lo mismo ir de compras con Miwell, aunque tenga una paciencia infinita, siempre da un poco de reparo pedirle que espere mientras una se prueba miles de trapitos, sobre todo si antes se le ha sometido a una sesión completa de IKEA.

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