lunes, abril 16, 2007

El Exploratorium

Aprovechando que este fin de semana iba a llover, en lugar de la barbacoa que teniamos planeada, Toni propuso y organizo una excursion al Exploratorium, en San Francisco.

El plan era quedar temprano (10.30am) para que nos diera tiempo a verlo todo. A algunos esto de madrugar a sábado, les pareció terrible así que se hicieron dos tandas y un coche salio a las 12.30
Además de lo de aprovechar el día, lo de quedar pronto, como toda reunión de españoles que se precie, era una excusa para tomar el brunch, desayuno y comida en uno, que por estos lares se estila mucho los fines de semana. Yo llevaba soñando con mi tortilla francesa gigante con patatas, salchichas y bacon desde que se propuso la visita, pero la mala suerte hizo que llegásemos pasados por agua y tarde para los desayunos.
A partir de las 11.30 am, ya no se sirven, y nosotros llegamos a las 11.45 A quién demonios se le ocurren estos horarios? A estas gentes solamente. Me tuve que conformar con un café con leche con tarta de queso y un perrito caliente. Combinaciones mas extrañas hemos visto.
Total, que entre pitos y flautas los del coche de los vagos llegaron antes que nosotros. Básicamente porque una vez con el estómago lleno y la vista nublada por las patatas fritas mañaneras nos saltamos el cruce y tuvimos que dar 2 vueltas a San Francisco para poder volvernos a poner en ruta.

La misma idea que tuvimos nosotros la tuvieron los padres de todos los niños insoportables de la zona. Que mejor en un día de lluvia que meterse en un museo? Así que tuvimos que pelearnos con todas las criaturas para poder jugar. (se te quitan las ganas de tener parentela, que bárbaro)y lo peor es que no les puedes gritar aunque te quiten las cosas de las manos porque tal y como se las gastan en este país, nunca sabes como van a reaccionar los padres.
Vimos como se formaba el hielo, como funcionan los imanes, jugamos en geiser artificiales.. y con un aparatito que servia para medir cuan sigiloso eres. Por supuesto, yo fui la más.

A las 5 nos echaron y todavía nos faltaba una planta por ver. Tendremos que volver un día de sol, a ver si así podemos pasear y ver las cosas con calma.

Después, y como ya se va haciendo habitual en nuestros fines de semana, cenita con choriiiiicito, salchiiiiiiichon, paaaaaaaaaaate, miles de delicias, vinito, gin-tonic y a dormir.

El domingo encerrada en casa trabajando y estornudando. Ahora resulta que soy alérgica y además de sigilosa soy la mas mocosa.

Este fin de semana, toca calday de nuevo, así que nos estamos preparando para hacer unos cuantos cientos de tortillas.

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