viernes, octubre 13, 2006

Se inicia la temporada cultural

Como hace algún tiempo habíamos sido acusados de estar embruteciéndonos, para remediarlo, decidimos volvernos unos culturetas y participar en los eventos que se organizan en la zona de la Bahía.

Para ello, nos hicimos con entradas para ballet, operas, circos, recitales y conciertos múltiples. Seguimos siendo unos brutos, pero nos dejamos ver entre lo más selecto y eso siempre ayuda.

Nuestra primera selección era una opera-ballet de Purcell,King Arthur. Yo quería ver un ballet, con tipas con tu-tu y tipos con mallas marca-paquete. Como tiene que ser, nada de moderneces y extrañas coreografias que necesitas hacer un master para entender.
Allá nos fuimos, convencidos, en nuestra ignorancia, de que con ese nombre y siendo inglés, habría caballeros de la mesa redonda y esas cosas.

Evidentemente, ya he aprendido, lo clásico, no se lleva. Nada de tu-tu. Aunque tuve suerte con lo de las mallas marca-paquetes.

Me pasé toda la primera parte intentando pillar la historia. Aquello comenzó con unos tipos vestidos como de príncipes y caballeros modernos, con sus armaduras, pero sus vaqueros y sus pantalones de miles de cremalleras verde caqui, sentados en unas sillas haciendo un círculo. Eso tenia sentido, allí estaban mis caballeros, y aunque no había mesa redonda, había corona.
A medida que avanzaban los actos, aquello se me complicaba más. No acababa de entender la historia. Dejaron de aparecer caballeros y solo había campesinos medievales modernos. Bueno, será que va a aparecer Robin Hood, y estos son los colegas, pensé.

Cuando llegamos al tercer acto y una doncella de vaqueros y corbata, se puso a cantar al lado de una nevera, yo ya estaba desesperada. Dentro de la nevera había un tipo que cantaba mientras se descongelaba y que Miwell, todo lleno de razón, me explico que era Merlín. A lo mejor se creyó que con eso me había solucionado algo. Que hacía Merlín en una nevera con la tipa de los vaqueros, y porque no aparecía Arturo, o al menos Robin Hood?

Que conste que me estaba gustando, era raro, pero las coreografías y el vestuario, a pesar de lo extraño era bonitos.

En el intermedio, después de intercambiar opiniones entre nosotros, unos viejecitos (por lo menos tenían 80 años, así que creo que todo el mundo estará de acuerdo en que eran viejecitos) que estaban delante nuestra, se dieron la vuelta y nos preguntaron si seguíamos el trabajo del corógrafo y conocíamos otras representaciones. Lo que me faltaba! ahora tocaba una conversación sobre danza, y no es que no hubiese podido hacer una crítica especializada soba el tema, es que me falta vocabulario para expresarlo en ingles.

Pero no. Los pobres abuelos estaban tan perdidos como yo y simplemente querían saber si les podíamos explicar de qué iba aquello. Desgraciadamente, no.

Cuando ya con calma, en casa, leímos los folletos, allí no había ni hubo nunca Rey Arturo y mesa redonda, no sé de donde se saco Miwell a Merlín, y no había ninguna historia que seguir. Eran actos independientes, con motivos campesinos y de la cosecha. Si lo hubiera sabido antes, lo habría disfrutado mucho más.
A ver que nos espera la próxima vez.

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