Fin de Año

Ya se acabaron las vacaciones de Navidad, ya volvimos al trabajo y ya todo vuelve a ser lo mismo, o casi.

Nuestras fiestas de Navidad fueron un poco tranquilas así que en Fin de Año, decidimos ir a San Francisco de marcha loca. Miramos fiestas y por el módico precio de $40 podías entrar en algunas de las fiestas que duraban hasta las 4 de la mañana, que es para este país, un exceso. A las 2 empezaban a servir bebidas calientes y desayunos, mola eso del chocolate a las 2 de la mañana. Por supuesto, todas lo que consumieses en el local, era a parte del precio de la entrada. Así que aunque parecía muy tentador, nos inclinamos por una fiesta hasta las 2 de la mañana por $10 la entrada, que siempre es menos arriesgado.

Las uvas, las tomamos, a las 3 de la tarde pero las tomamos, en directo desde España vía cámara Web, de postre. Estuvo bien. Eso de brindar con champagne virtualmente, tiene su aquel.

Por la noche, preparamos un pato a la piña y mango bastante interesante y a las 10 después de arreglarnos (para lo que habitualmente son nuestros parámetros, claro) nos fuimos a San Francisco. Después de media hora dando vueltas para aparcar, conseguimos llegar al sitio, donde nos invitaron a una copa de chapangne. El local era enano y estaba hasta arriba de gente. A las 12 después de la cuenta atrás y los brindis y felicitaciones, se estropeo la música y claro, se fue todo el mundo. A la 1 la arreglaron y a las 2, lo cerraron y nos volvimos. Fuimos a casa de unos amigos a tomar algo, pero la falta de entrenamiento me hizo morir a la media hora así que estábamos en casa a las 4 de la mañana. En fin una bonita historia para nuestros nietos, si alguna vez los tenemos.