jueves, julio 20, 2006

Necesito hacer ejercicio

Hace un par de semanas una de las españolas de Iberia mandó un mail con la propuesta de una ruta con unos abueletes que conocía de su trabajo de voluntaria dando clases de español en la prisión de San Quentin.

Ultimamente ya no hay ejecuciones porque de acuerdo con una decisión judicial de un juez de California ( por lo que solo se aplica en California) considera que puesto que en las últimas ejecuciones los prisioneros sufrían más de lo necesario y eso lo consideran tortura, que está mal, es obligatorio que este presente un doctor que se asegure que los matan bien muertos, sin sufrir más de lo necesario, que no sabemos muy bien cuanto es, y los médicos han dicho que ellos están para salvar vidas, no para quitarlas y se niegan a estar presentes y colaborar, con lo cual, no se pueden celebrar y estan suspendidas, hasta que algún médico se ofrezca a estar presente.

Hay que ver las vueltas que se le pueden dar a las leyes y de que manera me enrollo y me voy por los cerros de Ubeda. Supongo que es deformación, no profesional, pero de algún tipo.

Total, que esta chica nos mandó un mail sobre una pateada de 11 millas, 15 km más o menos, por un bosque cercano desde el que se podía ver la bahía. (sigo teniendo algunos problemas con la conversión de las medidas, aunque ya sé qué a 115ºF hace calor) Según el mail, los abueletes se iban todos los fines de semana a "pasear" por el monte Tamalpais, que está la lado del Muir Woods y que, aunque con los abueletes la diversión iba a verse reducida, como conocían la zona, podía ser interesante.
Yo, que cada vez estoy más redonda y más vaga pensé que era una ocasión estupenda de mover el cucu sin cansarse en exceso.
Juas! Que ilusos somos a veces los humanos.
Cuando llegamos, el "abuelo" iba totalmente equipado para el evento. Y para que hablar de los demás del grupo, en especial una tipa que debía de ser de la edad de mi madre, acaba de llegar de hacer senderismo por los Alpes e iba pintada con sus coloretes, su sombra de ojos, los labios rojos y las pestañas llenas de rimmel. Tenía unos gemelos duros como piedras y del tamaño de mis muslos (creo que con esto se pueden imaginar las dimensiones; si alguien hace tiempo que no me ve, eso quiere decir, grandes, muy muy grandes). Empezamos a andar y pasamos al lado de unos cervatillos. Todos los españoles, (eramos 8) nos quedamos como bobos sacando miles de fotos. Los cuerpos de élite de la tercera edad nos miraron con cara de hastío y allí comenzó la persecución en la que casi hecho los higadillos.

No eran humanos, parecían cabras. La maquillada, que yo creo que era un ciborg, llevaba una mochila de por lo menos, 20kg (no sé que demonios llevaba dentro, creo que era solo para entrenarse)y subía por los caminos del demonio como si tuviera alas, no sudaba. Allí estaba con su maquillaje perfecto. yo mientras, chorreando y medio ahogada, con la respiración entrecortada, los ojos bizcos y la vista nublada. Miguel intentaba tirar de mí, e intentaba animarme diciendo que estas gentes eran mayores y no aguantarían ese ritmo. La que no lo aguantaba era yo. Menos mal que la subida asesina duró solo 5 minutos, casi tan largos como cuando en otro ataque de valentía (que es que nunca aprendo) fuimos a Big Sur y se nos aocurrió hacer otra ruta,. Después solo nos esperaba un calor de rayos y un sol abrasador que me fundió el cerebro,
pero llegamos a la cima por el camino corto (parte de los machotes españoles y la ciborg maquillada hicieron uno más largo) a pesar de eso, tuvimos tiempo para aprender todo lo que hacía falta sobre el poison oak. Nuestro guía de repente se paraba señalaba una hoja y decía:
- Que es esto?
-ajá, poison oak, sí.
Otra vez, -y esto?
-Ajá, sí, también poison Oak, ajá
-Y esto con 3 hojas verdes, no puntiagudas?
-Va a ser que otra vez es poison oak?
-Ajá.
Si no le contestabas, allí se quedaba, mirándote y apuntando con el dedo. ??????
-Poison oak, otra vez?, por casualidad?
-Ajá.
Así se tiró todo el camino, casi lo estranguló, o mejor, le meto el posion oak por el culo, a ver si le da una buena urticaria.

Lo peor de todo es que, para ir a sufrir nos levantamos a las 6 de la mañana y nos volvímos el sabado justo después de cenar en San Francsico en un restaurante bastante estupendo de comida latina y caribeña, el cha cha cha, en vez de quedarnos a tomar unas copitas con el resto de españoles para digerir la copiosa cena.

Me olvidaba, a la entrada del parque había un lugar en el que ejercer el derecho de libertad de expresión. O sea que allí (y a lo que se ve solo allí) es donde debería haber aprovechado para expresar unos cuantos sentimientos que me surgieron trepando cual cabra colina arriba.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

!!!Cómo que abueletes como tu madre!!! Como tu madre estamos unos cuantos, un poco usados, pero de abueletes nada. Por cierto, creo que para eso hace falta participación externa, cosa que no parece. Bueno, hablando de otra cosa, menos mal que dais señales de vida, porque pensabamos que las cuñadísimas se habían perdido en algún aeropuerto y las estabais buscando. Espero hayan tenido el detalle de reponer la despensa y no dejarlo para los que vayan detrás.
Abrazos para todos.

julio 27, 2006 7:28 a. m.  
Blogger selia y miwell said...

Sea pues. Respetables padres, nada de abueletes, que todavia sois jovenes para eso. No queremos que vaya a cambiar por nuestra culpa.

julio 27, 2006 7:13 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Que cambie! que cambie!
Lamento informar que lo de la despensa está complicado, cada vez que estos muchachos intentan llenarla, llegan las cuñadísimas y hacen que desaparezca todo a la velocidad del rayo.
Es un gen familiar que tenemos, no se puede evitar.

julio 27, 2006 8:34 p. m.  

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