miércoles, enero 16, 2008

La gran traca final (1)

Bueno, si... esto está muy olvidado, y está claro que nos quedaban muchas cosas por contar. Ahora que por fin nos hemos instalado en San Cucufate supongo que deberiamos intentar ponernos al día. O tal vez abrir un nuevo blog para contar las andanzas del pequeño Nicolas, al que ya conoceis de la despedida de las américas. De momento, aquí va una primera entrega del GVQTC (Gran Viaje Que Te Cagas), tambien conocido como GTF (Gran Traca Final).

Estuvimos planenadolo durante meses. Compramos libros, nos avituallamos de equipo de excursiones, recopilamos mapas y más mapas, diseñamos itinerarios,... mucha organización. Pero al final, las cosas salen siempre llenas de imprevistos, y la mejor forma es diseñar las excursiones sobre la marcha. En lugar de hacer la excursión en coche desde Berkeley, decidimos que lo mejor era comprar billetes baratos de avión que nos acercaran a los parques, y alquilar un coche para ir recorriendolo todo. El plan era volar a Salt Lake City , allí coger el coche y subir a Yellowstone, bajar por Grand Teton, pasar otra vez por Salt Lake City de camino a los parques de Utah (Arches, Zion, Bryce), acercanos al Grand Canyon y finalmente coger el vuelo de regreso desde Las Vegas. Todo esto, en 20 dias. Y con una embarazada. Bien he de reconocer que la embarazada se portó como una campeona.

El vuelo a Salt Lake City fue tranquilo. En el aeropuerto teniamos el coche esperando, y sin perder tiempo pusimos rumbo al norte porque teníamos por delante un viaje de unas 5 horas. Aunque cerca del lago salado hay cosas interesantes de ver (por ejemplo la típica llanura de sal donde se hacen las pruebas de velocidad de los coches esos que baten récords) nos venía un poco mal, y hacía tiempo que habiamos decidido que la lista de sitios interesantes que visitar era demasiado grande para 20 días, asi que abreviamos. Yellowstone está en la esquina de Wyoming con Montana y Idaho. Idaho es famoso por las patatas. Y poco más tenemos que decir de este extenso y monotono estado. Un patatal. Aunque en el horizonte siempre nos contemplaban las montañas.

Antes de que se hiciera de noche, paramos en un típico bar de carretera a cenar. El estado de buenaesperanza de mi infatigable compañera de viaje limitaba en cierto modo el tipo de cosas que podía comer. Así que llena de esperanza se pidió un "chicken steak", lo que cualquier ibérico que tenga una vaga noción de inglés se aventuraría a decir que debe ser una pechuga de pollo frita, y que según el menú era la especialidad del local. Yo no me acuerdo que guarrada pedí. Cual sería la decepción de Selin cuando en lugar de un suculento trozo de pollo a la plancha apareció en manos de la camarera un estupendo rebozado desconocido escondido bajo un mazacote de puré de patata-verduril, y con salsa. Al probarlo, los dos dudamos de la autenticidad del pollo, ya que por textura, color y sabor, todo indicaba que dicho pollo una vez tuvo cuernos y decía "mu", en lugar de "pio-pio". Tras consultar con la camarera para asegurarnos de que no se había equivocado el cocinero, nos enteramos que el famoso "chicken steak" ni era steak ni era chicken, sino el nombre que le dan estos gringos a semejante delicia culinaria. Un poco como los "buffalo wings", que no son alas de búfalo, puesto que todo el mundo sabe que los búfalos no tienen alas. En fin, despues de esta maravillosa introducción a la cultura americana y a la gastronomia local, seguimos con la narración.

Cuando salimos de cenar, algunos más satisfechos que otros, ya había oscurecido. Habíamos decidido hacer noche por el camino para llegar a la entrada del parque al día siguiente a primera hora, y no tener problema para encontrar plaza de camping. Así que en un pequeño pueblo de Idaho, a unas 50 millas de la entrada oeste de Yellowstone localizamos un hotel y nos detuvimos. Al día siguiente, tocaba madrugar y empezar a fliparlo.

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