viernes, diciembre 16, 2005

seguridad

Hoy fuimos a San Francisco. Cuando volvíamos en el tren un policía armado hasta los dientes dejo una mochila con mucho cuidado en el asiento, tras lo que otro policia con un perro llegó desde el otro vagón y nos hizo una demostración de como los perros adiestrados son capaces de detectar bombas!!!. El perro, olisqueó. Se paró delante de la mochila y se ganó una galletita. Antes de que pasará el siguiente policía con su perro nuestro vecino de asiento le preguntó qué tipo de entrenamiento estaban haciendo, y nos informó que por nuestra seguridad, entrenaban a los perros para detectar bombas, y esto era una práctica. Ya mucho más segura que me sentí.

Esto en realidad, fue hace mucho.

Pero actualicemos los datos. Desde que volví de Navidades me he enterado de que en la zona donde voy a trabajar hace poco le pegaron un tiro a un niño de 13 años desde un coche por que sí y que poco antes había sido uno de 8, que en el lugar en el que trabajo hace unos años había una casa de putas, vendían drogas, chantajeaban a la gente y que cuando el FBI fue a detenerlos encontraron 4 kg de coca y 2 millones de dólares de los que nunca se volvió a saber. En el juicio habían desaparecido. Película perfecta pero en este caso, cierta.
Viva este pais, la libertad, las armas y los cuerpos de seguridad.

lunes, diciembre 12, 2005

que puedo decir

El jueves, de forma inesperada me empezó adoler la garganta.
El viernes me quedé en casa, pero el sábado y el domingo no me cuide lo que debiera. Resultado. Todo el lunes en la cama moqueando.

Miwell llegó de el departamento, se fue a hacer la compra y a la vuelta se puso a cocinar.

Unas croquetas, él mismo había hecho la bechamel unos días antes, un bacalao con garbanzos, para mañana, y un revuelto de champiñones, espárragos y camarones, que sobraron de la paella que nos hizo ayer.











Bárbaro, que puedo decir.

la pandilla amarilla

Aprovechando el puente de Thanksgiving se nos ocurrio la feliz idea de ir de viaje. En un principio la idea era irnos nosotros dos al sur, puesto que el invierno ya habia dado algunas señales y no queriamos pasar frio. Pero despues de un social event, consistente en cenar hamburguesas para celebrar el cumpleaños de , Noriko decidimos ir con nuestros amigos orientales a Lake Tahoe.
El grupo duro constaba de 4 personas. Noriko, la amiga japo de la academia de ingles, Haibo el compañero chino, Celia y yo. La organizacion resulto complicada desde el principio, no solo por las necesidades de alojamiento (Noriko no queria compartir habitacion con Haibo), si no por la dificultad de diseñar el itinerario y de encontrar hoteles baratos, amen de la incertidumbre en el numero de excursionistas, que solo se resolvio un par de dias antes del inicio del viaje.

Finalmente, seriamos 8 personas y conseguimos diseñar un plan bastante aceptable. Primero iriamos a Yosemite National Park, donde hariamos noche en un Inn. Al dia siguiente, atravesariamos el parque para llegar al caer la noche a un condominio que conseguimos alquilar en Lake Tahoe. La busqueda de alojamiento recayó integramente sobre nosotros, mientras que el alquiler de coche iba a correr a cuenta de Haibo. Sin embargo, en vista de que la noche antes no lo había hecho, tuvimos que sacarle las castañas del fuego y reservar dos coches nosotros mismos. Esto no era mas que una señal de lo que nos esperaba...

Por increible que parezca, el día de nuestra partida llegamos puntuales a la cita. 8:00am en downtown Berkeley. Sin embargo, no todo el mundo fue puntual y tuvimos que esperar por dos de las coreanas que llegaron tarde. Un coche lo conducía Miwell, que capitaneaba la expedición, y con él Noriko, MinSu y Celia. Detrás, Haibo, en el otro coche con la troupe de coreanas: ReeAnn, MyangIn y Seunghae (whateeeever).

Nada más salir, observamos con desconcierto que Haibo no nos seguía, es más, ningún coche lo hacía. De hecho, venian todos hacia nosotros. Sonó el teléfono y la voz de Haibo nos informó de que nos esperaba en la esquina de la calle siguiente, una vez que hubieramos salido de la calle que recorríamos en sentido contrario. Brillante.

No nos volvimos a equivocar de sentido, pero la desconcertante señalización de las carreteras en este país, junto a la incapacidad manifiesta de Selia para leer mapas, sumado a su poca paciencia y el cansancio de Miwell hicieron el viaje un infierno, por momentos. A esto, naturalmente, hay que añadir el incansable "it´s up to you" (que podriamos traducir como "tu decides, pq a mi me la pela") con que Haibo nos obsequiaba cada vez que nos encontrabamos con un cruce, y tenemos una combinacion explosiva que pondria a prueba el nervio del mas puesto.

Después de unos cuantas correcciones de itinerario, sin importancia, llegamos a Yosemite, donde después de comer sangüiche en el parking del centro de visitantes (una clasica tradicion por estas tierras), nos dispusimos a hacer una ruta. Primero, por supuesto dimos unas cuantas vueltas sin rumbo, hasta que milagrosamente y sin haberlo preparado llegamos a donde pretendiamos.

Algo sencillito, una ruta de 2.2 millas, después de intentar poner de acuerdo a la pandilla amarilla, que se caracteriza por su indecisión. Todavía no hemos descubierto si es que realmente se la pela, o es que son tan educados que son incapaces de expresarse libremente.

El caso es que después de la primera ruta para ver una cascada, que como era ya invierno, no llevaba demasiada agua, decidimos, tras discutir los pros y los contras, hacer otra mas. Eeeeerrrrrrrrrrror.

No sabemos como, pero en algún momento nos desviamos del camino y nos encontramos andando por la carretera, con la noche echándosenos encima. El lado positivo es que el atardecer es la mejor hora para ver animales salvajes (de hecho, vimos unos cuantos ciervos). El lado negativo, es que de noche, los animales salvajes te ven mejor a ti, que tu a ellos... Cabe tambien recordar que abundan los osos, y que a principios de invierno aun se estan avituallando para echarse un sueñecito.

Evidentemente, no había ninguna farola, luz, o cualquier iluminación que no fuesen las estrellas, y una vez más, nos tocaba liderar el grupo, que iba tan pancho, paseando, sin importarles que nos quedasen 45 min. andando por una carretera sin iluminar, sin arcén y donde los coches aparecían de repente detrás de una curva.
En realidad la culpa fue nuestra por estresarnos por el miedo a que alguno lo arrollase un coche, ya son mayorcitos y ell@s eran l@s que tenían que preocuparse.

Tras casi 4 horitas caminando, finalmente lo conseguimos. Llegamos a los coches y ya a salvo en el Inn, repusimos fuerzas en un restaurante chino, donde aconsejados por el Chino Haibo, cenamos bastante bien, a base de picante.

Amaneció nublado y lluvioso, con un frío de pelotas. Continuando con nuestra costumbre, nos pasamos el desvio al bosque de sequoias gigantes que queríamos ver, y tuvimos que retroceder. Cuando llegamos, llovía de tal forma que nos tuvimos que volver al coche sin ver lo mejor. Asi que decidimos continuar con el plan.

Primer infortunio del día: la carretera que atraviesa el parque y que nos llevaría a Lake Tahoe estaba cerrada por el mal tiempo.
Teniamos que salir del parque, dar un rodeo y coger otra carretera para llegar al destino.
El día fue una pesadilla, un coche delante y otro detás, como una sombra. Parada para comer en un lugar en ninguna parte, y último tramo, puerto arriba nevando. Por supuesto, era de noche, no conociamos la carretera, ni teniamos cadenas. Yuuupiiiii.

Cuando por fin llegamos, a nuestra casa en el lado de Nevada, era de noche cerrada. Llevabamos 11 horas metidos en el coche y había que decidir como dormir: La casa era estupenda. Tenia 3 habitaciones grandes (con baño propio), un salon con TV, wireless, cocina, comedor, hot-tub (esto es como un jacuzzi, pero sin burbujas) en la terraza exterior... Pero solo habia 3 habitaciones y nadie quería dormir con Haibo: había que compartir cama por narices, así que el pobre se tuvo que acomodar en el salón, que despues de todo no estaba tan mal (sofa cama y chimenea delante).

Tras resolver este asunto, empezó la actividad en la cocina. Aquello parecía un hormiguero. Entre todas preparon un curry, bastante estupendo, y después de servirnos, tuvimos una agradable cena, seguida de una sobremesa, donde todos practicamos nuestro inglés como pudimos, y aprender historias sobre el horóscopo chino. En resumidas cuentas, el animal más listo, el ratón, (Selia, es del año del ratón, aunque no lo parezca). Tambien, el más cabroncete.

Al día siguinte, vuelta a empezar. Nadie tomaba decisiones, todo era up to you, o sea que, lo que quisieramos, que ellos no decían.
Totalmente desesperados, decidimos que después de un vistazo por el lago y tras comer (nueva desesperacion a la hora de elegir que comer y donde), el plan era tarde libre. Cada uno, lo que quisiera, se acabó lo de decidir por todos. Los dejamos sueltos y se fueron al casino, y por un par de horas, no tuvimos que estar pendientes de nuestra pandilla. puffff. A pesar de las horas de libertad, tuvimos que volver a la dura realidad. Tras esperar por ellos (claro, se perdieron) nos fuimos a casa a preparar la cena. Haibo se habia ofrecido a preparar un magnifico plato chino: cerdo picante. Compramos la carne (jamon cocido), y muchos, muchos. muuuuuchos pimientos. La elaboracion fue un espectaculo. El hombre hizo todo lo posible para alimentarnos... con unos pimientos semicrudos con tiras de jamon cocido insipidas. Lastima.


El domingo tocaba la vuelta. De nuevo palizón en el coche, perdida de rumbo, decisiones sin tomar, etc. Yo lo unico que recuerdo del trayecto es que a la salida de Tahoe un par de lobos se cruzaron por nuestro camino. Paramos a visitar Sacramento, donde comimos unas hamburguesas bestiales. Llegamos a Berkeley de noche, pero justo a tiempo para devolver el coche dentro del horario previsto.

Desde luego una experiencia inolvidable para contar a nuestros nietos, en el espiritu de la union de civilizaciones, y estrechamiento de lazos entre oriente y occidente. Pero, NUNCA MÁIS!!!!!.


domingo, diciembre 11, 2005

Intento de cata de vino en Napa Valley, entre otras cosas

Hace ya muuuuuuuucho tiempo, alla por mediados del mes de octubre, alquilamos un coche y nos fuimos de excusion. El plan era ir a un parque nacional, y pasar el fin de semana, pero finalmente nos quedamos por aqui al lado y nos acercamos al Valle de Napa que es uno de los valles de viñedos como los de Falcon Crest (he recuperado la ñ, se acabaron los anos).

Lo que la gente normal (si es aqui hay de eso), bueno lo que la gente generalmente hace, es irse de bodega y bodega catando vinos al módico precio de $5 la copa, pero miwell tenia que conducir y yo soy solidaria, asin que no catamos. Luego, tambien por el también reducido precio de $20 por persona, en el mejor de los casos, te dejan ir a dar una vuelta por la finca. La verdad es que son impresionanates, pero muy a mi pesar, siento decirle a in vino veritas, nos quedamos con las ganas.

Estuvimos en la de Coppola, que por lo menos dejaban entrar en una casa donde tenía una especie de museo con sus oscars y los de su hija, vestuario y recuerdos de las peliculas. Para ver el resto, yaaaa, apoquina.

Parece ser que la nueva moda es hacerse el recorrido de bodega en bodega en limousine , asín que nos cruzamos con varias
por el camino.

Desde luego, y una vez superado el inicial reparo que esto puede producir, no está tan mal pensado. Te tajas a placer, si tienes dinero claro, y después no hay peligros de coger el coche y lo más importante, tienes espacio suficiente en él para hacer volteretas, un clásico en todo pedo que se precie. Aunque con vinos tan caros, igual no queda nada chic, nu sé.

En vista de que era imposible ver una bodega y habíamos leído en nuestra guía que había un bosque petrificado por allí cerca, pallá nos fuimos, a ver esa maravilla de la naturaleza.

Para nuestra desdicha descubrimos que el maldito arbol petrificado estaba dentro de un bosque que pertenecia a una abuelita que te cobraba otros $6 dolares por traspasar la verja y acercarte a ver aquello. Dimos una vuelta por la tienda de recuerdos (que no falten), vimos las fotos y seguimos nuestro camino.

Otro espectáculo indescriptible nos esperaba. Un Geiser!!!
También había que pagar, por supuesto, pero prometía un poco más de animación que el árbol petrificada de la abuela.

Por $8 tenías una entrada para ver el geiser, una zona de recreo, un video sobre la historia del Géiser y su papel en la detección de terremotos y oh, como atracción especial... las cabras que se desmayan.

Im-presionante.

Lo primero que nos escontramos fueron las cabras.

Estos bichos, más pequeños de lo normal, se desmayan cuando se asustan o se estresan.

Nosotros nos encontramos tres miseras cabras absolutamente relajadas panza al sol, en un rídiculo corralucho.

Después llegamos a la zona recreativa.

En medio, el geisier
escupiendo agua caliente, y lo más impresionante y que compensó lo que habíamos pagado, la sala de vídeo donde pudimos ver una grabación del telediario de hacía unos cuantos años, donde hablan del geiser. Una vez, antes de un terremoto empezó a escupir, sin esperar los 15 minutos que suele tardar entre escupitajo y escupitajo...apasionante.

En fins después de aquello, con un cabreo de mil pares de narices y una cara de imbéciles de las que hacen época, decidimos que era suficeinte y que se habían acabado las visitas.

Buscamos un restaurante para comer, un mexicano, (eso queda para otra historia en Mediamixta) y nos volvimos por una carretera tortuosa de vuelta.

Para acabar la escena de terror, nos encontramos a unos tipos con pantalones de camuflaje y camiseta verde militar, metralleta en mano, paseando tranquilamente por el borde de la carretera.

sábado, diciembre 10, 2005

CUMPLEAÑOS

El 15 de noviembre, era mi cumpleaños.
Noriko quería volver a Chez Panisse, pero yo ya había tenido suficiente.
Cuando llegué a casa, tenía un paquete.
Morto me envió la tarta más exquisita que he tomado, casi lloro cuando la ví. Tarta de queso de chocolate Godiva.
Le saqué una foto, claro, auqnue no le hizo justicia, ninguna justicia, parece una bosta gigante, y nada que ver.
Me pasé una semana deseando llegar a casa para tomar un pedacito de tarta, pensamos en socializar e invitar a alguien y compartir la tarta, pero al final, decidí que era mi tesoro y cero de invitar.
OH, oh, se me está poniendo espirtú amarillo.
Pa que la veais y os relamais. tarta


Por la noche para seguir celebrando, nos fuimos a Cesar
, un restaurante de tapas, que es lo más de lo más. Al lado de Chez Panisse, basa su fama en que la mayoría de las tapas, están inspiradas en platos españoles, ahhhhhh.
Cuando ví la carta, otra vez venga a llorar. Choricito, jamón serrano, morcón ibérico... pimientitos de padrón, sí, sí, de padrón, tanto me emcioné que le pedí la carta al tipo. Y los vinos...
Tenían mencía, eso ya si que me mató. La carta de vinos no me la quiso dar, pero juro que es cierto.
Aunque no es época de pimientos, y preferimos tomar un vino de california, (el mencía era un poco prohibitivo, y una, extraña la tierra pero hay que reconocer que los caldos de aquí están un poquito, solo un poquito, mejores), la cosa estuvo bien, nos bajamos una botellita entre los dos, y disfrute como una enana del pequeño homenaje. Lo del jamón y el choricito, dos lonchas transparentes, pero como olía, oye.

viernes, diciembre 09, 2005

Amarillos II

De mis clases de inglés he sacado un título que dice que tengo un nivel avanzado y unos cuantos amarillos con los que quedar e ir de viaje. Sobre todo, Noriko Ito, una japo que estaba en mi clase y con la que suelo quedar para tomar cafeses, bueno quedaba, porque el otro día me mando un mail diciéndome que no me pensara que era lesbiana, que no sé a que venía y nunca más he vuelto a saber de ella.

La cuestión es que el 11 de noviembre era su cumpleaños y me propusó ir a comer a Chez Panisse,
un restaurante, que al parecer es uno de los mejores de este país, si no el mejor y que curiosamente se encuentra en Berkeley.


Alice Waters es la dueña y es la que introdujo la cocina mediterránea en este país.Y se hizo de oro la tia. Si lo llego a saber, me dedico a hacer tortillas de patata y ensaladas con bien de aceite de oliva.

Bueno, pues el caso es que yo me sentí la mar de honrada con la propuesta, aparte de que se me afilaron los colmillos, como podreis imaginar, no es un sitio para decir, barato.

El día en cuestión, empecé a salivar después del desayuno, pensando en la comida. Me vestí, me pusé mona, dentro de lo que en mí cabe, para la ocasión, y me fui a la academia para recogerla e ir a comer.

El sitio, la mar de agradable, los camareros encantadores.
La comida se hizo esperar. No habíamos reservado y el sitio estaba hasta arriba. Es lo que tiene este gran país las calles están llenas de homeless, durmiendo en el suelo, pero también de supercochazos y casas impresionantes.

Al grano, después de darnos una vuelta para abrir el apetito, comenzó el ritual, yo pedí una copa de vino de $6. No era un lujo, era de los más baratos, aquí lo de irse de vinos no sale a cuenta y Noriko, para celebrar que era su cumpleaños, una copa de champagne. Después, una ensalada para compartir con queso de cabra caramelizado y lechuga rizada, aliñado con vinagre de no sé que puñetas. Cada una se pidió su plato, yo me apunté a unos huevos con puré de manzana sobre un lecho de crema de calabaza, no hay queja, excepto por el tamaño del plato, se supone que los huevos eran de gallina, aunque parecían más bien de codorniz gigante, o si eran de gallina de las pitas enanas esas que ahí por tierras portuguesas. Noriko, fue más lista y se tomó un pollo guisado no sé de que forma, muy bueno, y que llenaba un poco más. Todo estaba bueno, no digo yo que no, y quedaba muy bonito en el plato. Los postres, como no, había que darse el gustazo, un chocolate negro con helado, bastante impresionante. Y llegó el gran momento. La cuenta, $57 cada una, más la propina que al menos ha de ser del 15% si no quieres que te miren mal, e incluso, te echen del local, y digo cada una, porque lo que yo creía que era una invitación (que para mí significa que te invitan, o sea que pagan) se quedó en un, si no tienes cambio, ya luego me lo das, y un palmo de narices, que os podeis imaginar. Parece que para los japos los conceptos cambian, hay que tener cuidado está claro.

domingo, diciembre 04, 2005

If yu ar comin tu San Paquito...

Llevamos ya un par de meses en la Bahia. Ya nos hemos instalado en nuestra bonita casa en el Gourmet ghetto, y ya no nos parecen tan extraños los nativos (alias wakos). Tal vez esta primera edicion del blog sea una buena ocasion para contar algunas anecdotas de nuestra vida americana hasta ahora.

Fue una tarde de septiembre (26 para ser esastos) de 2005. Despues de mil horas y cuarto de vuelo (Madrid-London-S.F.) uno termina un poco apirolado. Nos habia dicho que podiamos ir a Berkeley en shuttle. Preguntamos en la oficina de informacion del aeropuerto, donde un alegre ancianito de muy avanzada edad nos atendio. Se trata de un trabajo de voluntariado y este señor estaba bastante senil ya para atender a turistas, pero era muy simpatico e hizo todo lo posible para ayudarnos (a pesar de que no sabia ni siquiera en que planta del aeropuerto nos encontrabamos y donde teniamos que coger el bus).
En cualquier caso, somos listos y conseguimos montarnos en la furgoneta que nos llevaria a nuestra primera casa. El viaje lo hicimos junto a otro tipo (yankie) disfrutando de la aterradora conduccion de nuestro chofer. El primer wako. Basicamente mantenia una conversacion en paralelo con todos los otros conductores que nos encontrabamos por la autopista, ademas de monologos bastantes extraños. Su uso deportivo del volante hacia la experiencia bastante preocupante, en especial si uno tiene los sentidos deteriorados debido al jetlag. Afortunadamente, llegamos vivos a casa.

1218 Spruce St. se convirtio en nuestro primer hogar por unas semanas. Era el sotano de una casa familiar, donde vivian Diana, Ali y el pequeño salvaje Luis Fernando, su hijo adoptivo. En el sotano teniamos una gran habitacion con un armario de esos de meterse dentro, una cocina, sala de estar con TV y un sillon como el de Joey y Chandler (para los seguidores de Friends), habitacion de invitados y un porche. Bonito sitio, y gente maja (seguramente hablaremos de ellos en el futuro).

Al dia siguiente Miwell tenia su primer contacto con UCB, y se enfrentaba a una serie de catastroficas desgracias relacionadas con la administracion hispano-americana. Pocos dias despues Celia empezaba las clases en la academia de ingles, donde conoceria a una magnifica troupe de orientales.

Una de las cosas que nos ha llamado la atencion desde el principio es la presencia de fauna en los alrededores. Y no nos referimos unicamente a los nativos. Esto esta lleno de roedores arboreos, tambien conocidos como ardillas. Celia las llama cariñosamente "ratas asquerosas", pero Miwell piensa que son simpaticas (a pesar de que caminar entre una gran concentracion de ellas pueda imponer un poco de respeto). Tambien hemos visto ciervos paseando entre los jardines de las casas, y mapaches jugueteando entre los arbustos de la universidad.

Tambien hemos hecho algunas excursiones por los alrededores. San Francisco esta a tan solo media hora de Berkeley y es una ciudad fantastica. Nos hemos paseado por sus empinadas calles, montado en tranvia y visto las famosas focas (no amigos, no nos referimos a las yankies, aunque podria ser, sino a las de verdad, que ocupan uno de los muelles del puerto). Tambien hemos ido a la region de los viñedos (Napa y Sonoma), a la costa, a Sacramento, y mas recientemente a Yosemite y a Lake Tahoe. Pero de esto ya hablaremos mas adelante.

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