miércoles, junio 28, 2006

y mientras...

Y mientras Miguel volaba y disfrutaba del Hoyo, yo me quede solita pero con una agenda muy apretada.
El jueves, como ya viene siendo habitual, cervecitas con los españoles. No se porque digo cervecitas porque por el tamaño, de itas no tienen nada. En este país todo es a lo grande. Todo es lo más: la cerveza más rica, la más aclamada, la más barata el arbol más grande, el más alto, el presidente más..., en fins yo todavia no he encontrado mi atributo, pero no me voy sin ser la más en algo.
El viernes, quede con Maria, una chica peruana que conocí en mi trabajo de voluntaria y que aunque hablamos por teléfono todas las semanas, nunca me llama para quedar, salvo que sepa que Miguel tiene una conferencia y entonces, se autoinvita a que le prepare una tortilla de patata y salgamos a hacer algo. (yo encantada, claro, de que alguien reconozca que mis tortillas son mejores que las de Miguel)
Fuimos al cine y como llegamos antes, se le ocurrio ir a tomar algo al bar que había al lado. Todo lleno de luces rojas y ninguna tia a parte de nosotras y la camarera. Mientras iba al baño , María pidió dos cocteles, uno para ella y otro para mi. No sé que llevaba, solo que estaba bastante bueno, tenía alcohol y que nos lo cepillamos en 10 minutos porque ya empezaba la pelicula. Total, que estaba medio zombi y no me quedé frita en el cine todavía no sé porque.
Al día siguiente tenia que trabajar, bueno ir a una feria con stands en la que habia una mesa del sitio en el que trabajo y me tocaba pringar, ya me había escaqueado de las anteriores.
Me levante, madrugué y a las 10.30 estaba en la puerta del trabajo, como un reloj (cosa que hasta me sorprendió a mi). Pero como siempre que llego a tiempo a los sitios, la persona con la que quedo, no aparece a su hora.
Patricia era la otra pringada, pero era el fin de semana del orgullo gay, y había salido hasta las mil y se quedó sopa, tan sopa que no se enteró de las mil llamadas que le hice.
Me volví a casa y Patricia reapareció de entre sus cenizas. Llegamos 3 horas tarde, y nos tocó sentarnos al lado de la mesa del ejercito que estaban reclutando todo lo que podían. La feria en cuestión era en uno de los barrios negros y pobres de Oackland (de hecho, yo era la unica blancucha, con un par de latinos). Para convencer al personal ofrecen la posibilidad de estudiar, tener un seguro de enfermedad y otro de vida que cubre a la familia... en fin cosas que para muchas personas no son posibles. Total que se enrolan, y si no los matan, pues pueden estudiar. Repartían pegatinas, pins, bolsas... Las pegatinas en español decían "Yo soy el Army", le regalé una a Alberto por su cumpleaños, que fue la envidia del personal.
Tenían comida gratis, atracciones, y un grupo de musica Gospel bastante bueno. Entre que lo mío nunca ha sido la música, mi oído es lo peor y no me enteraba de la letra, Patricia fue la que me dijo que aquello era Gospel, porque para mi era solo música agradable.
En fins, despues de comer BBQ con miles de salsas de esas que les ponen aquí a todo que hacen que olvides que estas comiendo, tocaba barbacoa en el parque de Berkeley porque era el cumple de Alberto.
Llegué, comí unos pedacitos de carne, más la tarta que le habíamos comprado y se les ocurrió jugar una pachanguita de futbol. Ana y yo eramos las unicas chicas, y como no tenían mucha gente, nos tocó de porteras.
Aquello parecía más un partido de baloncesto que de futbol, cada vez que alguien se acercaba a la portería contraria, marcaba gol. A Ana, porque estaba sentada en la neverita que hacia de poste, y a mi porque por más que me tiraba al suelo, me colaban todos.
Alberto se puso a jugar con botas de montaña y aún no entiendo muy bien la razón, pero lo cierto es que se le pelaron las plantas de los pies, con lo que se quedó en la portería y me tocó ponerme a jugar. A correr, de un lado para otro, desesperada porque no me enteraba, y desesperando a los de mi equipo porque nunca estaba donde tenía que estar. Eso sí, corri un montón y lesioné a todos los del equipo contrario. Me nombraron defensora italiana. Yo solo perseguÍa la pelota e intentaba quitÁrsela al que la llevaba, pero claro se me ponian en medio y luego se quejaban de que los pateaba. A Oscar no sÉ como, lo cierto es que le hicE un chichón en la rodilla y ha dicho que no vuelve a jugar conmigo salvo que vaya en su equipo.
Lo peor de todo es que, mis rodillas de tirarme a parar la pelota y de envestir al personal, se hincharon. El sabado adquirieron un color rosado intenso que fue transformándose en negro noche, (me dolían con solo el roce de las sabanas), morado refulgente y ahora amarillo chino. Pero me lo pasé como una enana.
Después, unas tortillas de patata en casa de Alberto con patxarán y discusión sobre patentes incluida.
Al día siguiente era el Gay Pride Parade ( o sea el orgullo gay)y nos fuimos a San Francisco. Ademas de unas cuantas locas, lo que más me impresiono fue un tipo de unos 50 años con su barba, bien poblada, su barriga cervecera enfundado en unos calzoncillos blancos y botas militares con unas tetas bastante mas grandes que las mias (ya sé que eso no es decir mucho) que le colgaban hasta el ombligo.
A parte de eso, había tanta gente desfilando que empecé a preguntarme cuanta gente es hetero en esa ciudad. Los gays del departamento de bomberos de la ciudad, todos de uniforme desfilando, los de la policia, los de los bancos, los de los despachos de abogados, los profesores, la radio, familias de gays orgullosos. Gays con hijos...en fin todos estaban alli representados. No hay casi fotos porque la camara se fue de viaje a España a arreglarse.
Antes de que se acabara el desfile tuve que salir pitando porque tenia otra barbacoa en Berkeley, en casa de una familia de españoles que ya se volvían para Espanha. Me comporté, me senté con las casadas, los hombres a otro lado hablando de sus cosas. Me contuve, comí como un pajarito para que no se asustaran y me volví a casa a trabajar un rato, hasta la hora de ir a buscar a Miguel al aeropuerto.
Nunca mÁs, que estrÉs, no conocía la carretera, y esto de que haya tropecientos millones de carriles que aparecen y desaparecen con coches que no saben lo que es un intermitente y se pasan del carril 1 al 7 del tirón no está hecho para mí, pero llegué sana y salva a recoger a Miguel.

martes, junio 27, 2006

O-i-o

Ya he vuelto de mi minicongresito en Ohio (alias O-i-o, alias o-y-o, o lo que es lo mismo, el hoyo). La verdad es que no hay muchas cosas que contar (la típica reunión de físicos) pero Selia me ha pedido que escriba un poco sobre el viaje, así que aquí estamos. Pero no temáis, no voy a contar nada del trabajo. Sólo una historia de cárcel, mundial de fútbol y aeropuertos.

Empecemos por el principio. Salíamos de Berkeley a las 4:15am (mi má!!). En contra de las recomendaciones de Jorge, habíamos quedado en que Ivo nos recogería e iríamos en coche. Jorge me había contado historias de miedo de cómo Ivo le había llevado al aeropuerto una vez, y que se habían perdido, y al final había tenido que pararse en la autopista, saltar una valla e ir corriendo hasta la terminal, todo ello corriendo con una maleta a cuestas. Bien. Obviemos estas aventuras. Ivo es un experto en perder aviones. Obviemos este punto. El caso es que habíamos quedado en que Ivo nos recogería a Jonathan y a mi a eso de las 4:15. Gracias a dios, llegó a casa a las 4:25 y no había tráfico. Asi que tuvimos tiempo de coger nuestros aviones (Jonathan e Ivo iban en uno, y yo en otro). Salgo con retraso y llego con retraso a Dallas. Afortunadamente, la conexión me daba tiempo a enlazar con el vuelo a Columbus, que por supuesto, sale con retraso. A mi plín... yo sigo sobando y tan pancho. Al llegar a Columbus hay una tormenta. Un poco de meneo en el avión pero nada grave. Nos disponemos a aterrizar, tal vez un poco más rápido de la cuenta. Cuando estamos a unos 10m del suelo, el piloto debe pensar "demonios, como estén aquí lla guardia civil con el radar, se me cae el pelo", así que decide que es mejor salir volando y abortamos el aterrizaje. La gente se pone nerviosa dentro de la cabina. El piloto informa que hay viento ahi fuera (si, ya... lo que pasa es que ha visto el coche blanco preparado para sacarle la foto) y que va a intentar aterrizar acercándose desde el norte. Damos un rodeo y despues de unos cuantos meneos más aterrizamos sin mayor complicación. Hacía tiempo que no presenciaba un aplauso tras el aterrizaje, pero la gente se había quedado un poco pálida. En fins... cuando salgo del avión, me doy cuenta de lo que realmente estaba pasando ahí fuera. Tormenta con aparato eléctrico y fuertes rachas de componentes sur-sureste, con intervalos de fuerza 4 a 5. O lo que sea. En el taxi, el chofer me pregunta que tal el vuelo, y mantenemos una agradable conversación. Más tarde, la gente me seguía preguntando por el vuelo. Al parecer, todo el mundo sabía que un avión había tenido un aterrizaje abortado. No deben pasar muchas cosas en este pueblo, pensaba yo. Por la noche, llegan unos conocidos, procedentes de Boston. Su aventura tampoco estuvo mal. Por las tormentas, habían tenido que dar unas cuenta vueltas sobre el aeropuerto. Despues de un rato, el piloto les informa de que se están quedando sin gasolina y tienen que intentar aterrizar en otro aeropuerto. Allí el tiempo no está mucho mejor, asi que tienen que seguir dando vueltas. Después de otro rato, el piloto les dice que ahora si que si, que ya no queda gasolina... que tienen que aterrizar. Asi que se van a otro aeropuerto. Afortunadamente, alli si que se puede aterrizar. Pero el panorama de aviones sin gasolina hace que tengan que esperar un buen rato antes de llenar el depósito. Ya con la barriga llena, vuelven a Columbus, donde las tormentas ya habían descargado y aterrizan sin mayores problemas.

Columbus, es la capital de Ohio. Es una ciudad relativamente grande, pero no tiene nada especial (al menos, que yo haya podido encontrar). El campus está fuera del núcleo, y como típica ciudad americana, si no tienes coche, no eres nada. La gasolina, eso sí, es bastante más barata que en la Berkeley. Estuvimos todo el tiempo en el campus, que no es feo y tiene algunos edificios bastante chulos (entre ellos el de física). Desafortunadamente, los dormitorios donde dormímos eran estilo cárcel, supongo que para acojonar a los pobres estudiantes que acaban de llegar y se disponen a pasar el frío invierno (o caluroso verano) encerrados en una cosa tan espantosa. Las charlas las tuvimos en una sala de la facultad de economía, y aquello parecía una sala de juntas del Consejo de Seguridad de la ONU. Muy espectacular.

A parte de las cenas y las cervezas posteriores, la mejor actividad social fue una pachanga de fúmmbol con algunos postdocs. Formamos un combinado español/italiano/iraní/británico y nos lo pasamos bastante bien. Hacía años que no jugaba, y claro al día siguiente se notaba en las piernas. Parecíamos cowboys.

El regreso, afortunadamente más tranquilo. Sin tormentas, sin retrasos importantes. Celia me estaba esperando en Oakland. Así da gusto volver a casa. A cambio, el día siguiente me tocó a mi llevarla a ella al aeropuerto. Ahora, está en Los Angeles en su congreso. Y por lo que parece, se lo está pasando pipa. El jueves, iré yo a explorar. Y la semana que viene tendremos noticias que contar.

sábado, junio 17, 2006

visitas o no visitas?

Estamos tristes. Y enfadados!. Llevamos tiempo esperando a que las cuñadas se decidan a venir, pero parece que no se terminan de animar. Estamos tristes porque creemos que deberían venir a cambiar de aires, a ver todas las cosas estupendas que hay por aqui, a disfrutar de las rarezas del lugar, de los guiris en su salsa, de las zonas residenciales, de San Paquito, de Berkeley, de la costa, de las montañas, del buen rollo... sobre todo, pq estamos preocupados por alguna cuñada que está en momentos bajos. Estamos tristes porque parecía que ya se habían decidido, y a la hora de comprar los billetes van y cambian de idea. Es muy caro, dicen. Estamos enfadados porque no nos avisan de sus cambios de planes. Estamos enfadados porque ponen excusas, porque no se deciden, y porque nos hacen ser más plastas de la cuenta, y andar detrás de ellas para que se decidan, para que miren precios de billetes y para que se vengan. Estamos tristes porque no se vienen, y porque no queremos ser pesados.

Así que de ahora en adelante... que venga quien quiera!. No vamos a insistir. Todos sois bienvenidos. Nosotros nos lo estamos pasando estupendamente por aquí, y nos encantaría compartir las cosas divertidas con vosotr@s. Y luego contarlas en sanpaquito. Mientras tanto, lo seguiremos pasando bien, y contando historietas. Aunque estemos tristes porque aún no esteis aquí. Y preocupados por los que esteis en momentos bajos. Estar lejos de alguien que nos importa cuando lo está pasando mal se hace duro, y por eso somos pesados. Pero si queremos que vengais no es para que nosotros nos sintamos mejor, sino para que vosotros veais las cosas divertidas que pasan en este rincón del mundo... que son muchas!!

Y próximamente tendremos algunas visitas. Sandra y Natalia(?) este mes, suponiendo que los del FBI y la CIA terminen de investigar los turbios pasados, Lucas en agosto, Ibiza y Efrén a finales de agosto... tal vez los suegros y padres (que estrés, que responsabilidad!) en septiembre. Pero esperamos a que os animeis más. No vamos a insistir. Os esperamos.

cositas buenas, cositas ricas

Llevabamos tiempo diciendo que teníamos que organizar una cena e invitar a gente para disfrutar de nuestro maravilloso jardin. Las compis de trabajo de Selia serían las primeras víctimas, puesto que ya habíamos sido correspondidos con sendas invitaciones a cenas/fiestas organizadas por ellas. Invitamos a Patricia, Katie, Mike, Allison, Rupneet y al ibérico Juan. Marta no pudo venir.

En este rincón del mundo suelen venir dias buenos durante todo el año, pero lo que pasa es que por la noche refresca, y estar sentados fuera cenando puede provocar congelación en los dedos de los pies (que por supuesto deben ir al aire, o como mucho enfundados en unas sandalias). El caso es que ahora empieza a hacer mucho mejor tiempo, y estos dias se está muy bien fuera por la noche. Selia se pasó toda la semana pensando en el jueves, y yo me contuve y no compré tickets para ver ninguna ópera (ya sabemos la tendencia que tenemos a organizar nuestras agendas por separado), y poder disfrutar de las delicias culinarias que preparó el lunes, el martes, el miercoles y el jueves. Mucho estrés, mucho movimiento. Selia planificaba lo que iba a cocinar, lo que tenía que comprar, cuándo iba a usar cada recipiente del horno con cada cosa... Era un espectáculo organizativo. Claro, conviene aclarar que aquí las cosas no son como en España, donde para organizar una cena con amigos, basta con preparar unas tortillas, cortar chorizo y jamón (oooh, jamón) y abrir unas latitas. Eso aquí no vale. No hay chorizo, ni jamón que valga. Si, sniff... ya lo sabemos. Pero además, está el factor vegetariano. Invitados que no comen carne representan un problema. Claro, la tortilla no lleva carne, asi que sigue estando en el plan. Error. No señores, pq tambien hay gente que no come huevos. Incrible, verdad? Bueno, pues nada... latitas de algo. Mejillones, o algo asi? Noooo, tampoco. Eso da "asco" por estas tierras de bárbaros. El pez queda muy bien en un acuario, pero no en plato de comida. Sólo se puede comer si no se identifica como tal. Así que Selia organizó un plan alternativo, consistente en delicatessen de la mejor calidad: pastel de cabrachoide (receta proporcionada por la suegra), pudding de espárragos (receta proporcionada por la tía Anita), croquetas de espinacas, champiñones al ajillo y "pantumaca". Platos tradicionales completaban la variedad gastronómica: un poquito de queso manchego, ensaladas, croquetas de cabrachoide (si, de lo que sobraba), y dos magníficas tortillas, una al estilo selin y otro al estilo miwelino. Todo ello, regado de un estupendo vino gallego (MonteNovo, de Valdeorras). De postre, el flan de Miwelito, que se ha convertido en un clásico en la repostería de este tipo de saraos. Que maravilla, que delicia, pensaba yo mientras llegaban los invitados. Que estrés, no les va a gustar, pensaba Selia simultáneamente.

Al final, llegaron, vieron, comieron y pasamos una buena noche. Aunque el pastel de cabracho, ni lo probaron los muy taraos (claro, creo que venderlo como un "magnifico pastel de pez" no lo hizo popular). El éxito absoluto fueron las croquetas, seguidas del queso, y del flan. Me llamó bastante la atención que preguntaran con qué estaba aliñada la ensalada (!!???), pq estaba buena. Claro, como esta gente le pone salsas extrañas, no comprende que con sal, aceite y vinagre se consiga un efecto bárbaro sobre el verde. También aprendimos que el vestido indio de Celia (regalo de su madre) en realidad no es para usar como vestido únicamente, y hace falta ponerse algo debajo. Rupneet se pasó la noche preguntandole a Celia si no se iba a vestir, que estaba semi-desnuda. Bastante simpático, sin duda.

En definitiva, ahora tenemos en casa una ingente cantidad de pastel de cabracho y pudding de espárragos (viiiivaaaaa!) que procederemos a comernos durante tooooda la semana.

viernes, junio 16, 2006

Sobras, u otra versión de los hechos

Despues de tanta celebración, decidí que me tocaba invitar a mis compañeras de trabajo a cenar. Esto de ser anfitriona y dedicarme a preparar cenas es nuevo para mi y he de decir que un asco.
Se me ocurrió usar las recetas que me han ido mandando y ya me veía yo consagrada como la cocinera del año, dejando a todos con la boca abierta con la comida mediterránea.

noooooooooooooo, eso no pasó. Después de pasarme desde el lunes haciendo bechamel, envolviendo croquetas y cocinando pastel de cabracho y mousse de espárragos, amén de un par de tortillas de patata que casi causan un pronto divorcio, aquí estoy dos días después con la nevera llena de comida que entre los dos no seremos capaces de acabar ni en 1 año. Si ya lo decía mi madre, no se pueden hacer cantidades industriales de comida. Aunque el problema básico es que ni siquiera se dignaron a probar mis delicatessen.

Rupneet es vegetariana, (además de incluso menos sociable que yo) así que las croquetas eran de espinacas y mi único éxito de la noche. (Aparte del flan de Miguel, pero eso no lo puedo contar como un éxito mío).

Compramos un vino blanco, un godello de Ourense, estaba bueno, aunque cuando lo compramos me daba igual, me hizo tanta ilusión encontrarmelo, que aunque supiera a rayos (de lo que había bastantes posibilidades) me habría quedado encantada. Pero claro, excepto Patricia, que lo probó, Allison, no está en edad de beber, Katie está embarazada, Rupneet aunque el vino este hecho de uva, prefiere el agua y Mike se trajo sus propias cervezas.

Aparte de las discrepancias en gustos, nos lo pasamos bien. (la verdad es que tengo unas compañeras encantadoras, no como el nido de víboras de Santiago) Yo al menos, después de las tensiones y tres vasitos de vino que me dejaron como la seda, disfrute hablando sobre los efectos devastadores del brecol, los espárragos y las fabes.
Como sobró todo el pastel y el pudding, el viernes invitamos a cenar a los españoles. Mandé un mail, al que ni respondieron (excepto Ana que ya tenía planes y JAvier que se presentó al grito de comida gratis). Un tipo curioso Javier. Hizo un postdoc en Hawai donde se pasó 3 años sin hablar español y conoció a una japonesa con la que se casó. El caso es que ella está ahora en Japón y él tiene a su madre de visita así que cualquier plan que le permita huir de los cuidados de su madre le parece una excusa estupenda. No comió casi nada, dijo que ya había cenado, y nosotros seguíamos con el problema del excedente de comida, así que invitamos a los caseros.

Hoy cenamos con ellos, está aquí su padre, un abuelito encantador, que como a todos los abuelitos encantadores se les cae la comida de la boca mientras se les descoloca la dentadura y cuentan batallitas de cuando su padre vino a este gran país.
Virgus el casero se sirvió arroz, un poco de carne que ellos tenían, pastel de cabracho, mayonesa y croquetas, todo esto lo revolvió bien en el plato y se lo comió con una gran sonrisa, mientras decía que estaba delicioso. O son unos cerdos comiendo, o la sinceridad brilla por su ausencia, pero algo no me cuadra. Eso no podía estar bueno.

A medida que escribo me voy dando cuenta de que parece que mi comida estaba asquerosa y miguel es el único que se la comía porque me tiene miedo, pero es mentira, estaba bueno.

¿verdad, cariño? dí que sí, o duermes en el sofá.

En fin que todavía queda pastel y no se a quién se lo vamos a empaquetar esta vez, se nos acaban los amigos.

Adios Sra. Mariposa

La razón de que tuviera que perderme a la Sra Mariposa después de llevar todo el año suspirando para ir a la Opera fue básicamente mi cabeza de chorlito.

Miguel me envió hace unos días un utilísimo calendario de Google, donde puedes ir anotando tus compromisos, y te mandan un mail el día antes para recordástelos. Y es utilísimo si y solo si, te acuerdas de anotar las cosas, lo que desgraciadamente no es mi caso.

Así que cuando me dijo que si compraba las entradas para el jueves pasado, me pareció fenómeno, pese a que desde hacia casi un mes sabía que ese día había quedado en acompañar a mis clientes a una apelación.

Esto de la apelación no es tan serio como suena.

Al poco de que me contrataran en Sentinel (el sitio en el que trabajo)me enteré que una de las razones era que había ganado otra apelación con un cliente de Centro Legal (el sitio al que iba de voluntaria)así que era una experta.

En realidad, cuando gané, la otra parte había apelado y mi trabajo se había reducido a ir allí y decir que no procedía.

Pero lo primero que me dieron cuando empecé en Sentinel fue mi nueva apelación. Esta vez era yo la que tenía que apelar y mis clientes un par de tarados.

George y Sandra. Eran vecinos del mismo edificio y habían estado viviendo en él durante 9 años. Cuando por primera vez alquilaron sus apartamentos, compartían un jardin con figuras de budah y buen Karma con el edificio contiguo que como el suyo estaba lleno de tarados que hacía yoga al atardecer. El edificio había cambiado de dueños y con ellos el jardín y los vecinos con buen rollo habían desaparecido, ellos eran los únicos que habían resistidos atrincherados, luchando por su budah, la paz, y el amor libre.

Sandra, solterona en sus 40 largos, defensora de los derechos de los desarraigados y convencida de la justicia divina (pensándolo bien esa podía ser yo en unos años, si miguelito no me encarrila) y George, imposible de describir, pero no era plan de decirle que quería sacarle una foto para ponerla en el blog.

El tipo era discapacitado, andaba en tacatá, unos 60 y muchos, o setenta, con barbas de chivo, un gorro de ganchillo de colores chillones, estilo Papa, los dedos llenos de anillos, las uñas largas y un par de rosarios a modo de pulseras-anillo que le llegaban desde el dedo anular, dando vueltas hasta el codo, vestimenta hindú con amplios faldones y pantalones y un par de aros en las orejas, vamos un poema. Lo mejor, es que me adoraba, vino a un par de reuniones para preparar su caso y después se dedicaba a llamar a mi jefa y decirle que era fantástica (yo encantada, claro).
El caso es que a los tipos les habían subido la renta infinito y estaban convencidos de que era un complot para echarlos, un complot que no podían probar. Así que me costó dios y ayuda convencerlos de que si querían ganar tenían que centrarse en que la nueva dueña no había seguido el procedimiento legal para subir la renta, y por tanto, el aumento no era válido.

Todo el fraude y el complot, seguramente eran ciertos, pero no podían probarlos ni era la instancia oportuna para intentarlo.

Justo dos días antes del dia de la apelación, cuando ya habia renunciado a ir a la ópera, me reuní con ellos para dar un último repaso. Ya estaban convencidos, sabían lo que tenían que decir y llegó mi jefa (a la que le había explicado mi enfoque y preguntado si se le ocurría algo más, y no me había dicho nada) para mi espanto, les dijo que lo que tenían que hacer era hablar del fraude, aunque no pudieran probarlo, que algo siempre queda. George iba a decir que era un sr. mayor, inválido y con bajos recursos y que ese aumento lo echaba de la casa, lo que iba en contra del espíritu de la la ley. Ella lo convenció de que si además conseguía llorar, sería estupendo. Dar un poco de pena siempre funciona.

Todo mi trabajo a la mierda y encima tenía que ir a ver como la cagaban en vez de ir a la ópera. Gracias al cielo algo les había quedado, y en nuestro último ensayo, pense que les había convencido de los tres puntos importantes.
El jueves a mediodía, después de aprobar el carnet de conducir americano (a pesar de cometer 11 errores)mi jefa me preguntó si estaba preparada y me dijo que se imaginaba que prefería ir a bailar que acompañar al par de tarados. Le dije que claro, sobre todo porque tenía entradas para la ópera. Y va y me suelta que como iba con los tipos en lugar de a la ópera que llamara y dijera que estaba enferma. Si claro, acababa de verlos hacia media hora, y me suelta esto, después de haber sido ella la que había insistido en que tenía que acompañarlos. Casi la mato.

A las 7 me fui al ayuntamiento, a la apelación. Habíamos quedado en lo que tenían que decir, se lo había puesto por escrito, y Sandra empezó a balbucear, a hablar de fraudes, de complots y cuando recobraba el sentido empezaba una frase de las que habíamos preparado y volvía a irse por los cerros de Ubeda. Yo quería que me tragase la tierra, mientras me imaginaba a miguelito disfrutando de los gorgoritos de la sufrida mariposa.

Después le tocó el turno a George con su mantita de colores de ganchillo sobre las piernas en su silla de ruedas. Parecía que estaba declamando un poema sobre el sufrimiento de la humanidad; subiendo el tono, parando para coger aire y volviendo a empezar incluso con más vehemencia. A esas alturas yo me quería pegar un tiro, los tipos se había dedicado a anunciar a los 4 vientos que YO les había ayudado, y con el espectáculo que había montado, decía bastante poco bueno de mí. Menos mal que la apelación se presenta primero por escrito.

El panel de "jueces" de la ciudad, compuesto por 3 propietarios, 3 inquilinos y una persona neutral (que ese día no estaba) se pusieron a deliberar. Un tipo, claramente un propietario, calvo, de gafas de unos 60 años, cascarrabias, de pantalones ajustados, con tirantes y camiseta sin mangas, de esas que la manga llega del hombro a la cintura, con sus sobacos al aire, comiendo pizza y los pies encima de la mesa propuso que se diese por buena la decisión, que siempre era una jodienda una subida así de alta, pero que demonios, la vida es dura. Otro dijo que si el oficial del ayuntamiento había dicho que la subida estaba bien, pues no había nada que discutir.
A estas alturas, Sandra estaba pidiéndome perdón por no haberme hecho caso, y yo, que soy asin, pensando, te esta bien, por no hacerme caso, encima de que me pierdo la ópera, zorra.

Pero de repente contra todo pronóstico, una tipa que había oído entre balbuceo y balbuceo MIS argumentos, dijo que era cierto, que si no se seguían los procedimientos establecidos, y se informaba de los derechos, las personas se encontraban indefensas, y después de discutir acaloradamente con el ceporro de sobacos ventilados, votaron, y ganamos 4 a 2, la decisión no era válida, no valía el incremento de renta y redactarían las ordenanzas municipales para aclarar un par de conceptos que podían crear indefensión, como les habíamos explicado. Así que podría decir que mereció la pena perderse la ópera, pero es exagerar, aunque me quedé contenta como unas castañuelas, amén de consagrarme como experta y subir en consideración con mi jefa, que se lo pensará muy mucho antes de volver a meter la pata con mis clientes.
Reconozco que en el fondo me lo paso bien, aunque si no me quejo, no es lo mismo.

viernes, junio 09, 2006

Señora Mariposa

Desde que llegamos hemos estado diciendo que teníamos que ir a la opera de S.F. La temporada ha empezado hace poco, y Celia me llamó la atención hace una semana para decirme que me deje de tonterías y compremos las entradas para ir YA.

Estaban echando Madama Butterfly este mes, y teniendo en cuenta que en las últimas semanas de Junio estaríamos ocupados con viajes, me lancé a la página web para comprar las entradas. Acordamos que sería el jueves 8, asi que allí fuí yo a comprar los tickets. Dos tickets, para el balcón (alias ¨gallinero¨), que salieron por 35$ cada una (más un módico suplemento de 5$ por imprimirlas y enviarnoslas por correo). Felices y contentos, contábamos los días. Esto, claro, hasta que el lunes Celia me habló de los planes que tenía el jueves. No podíamos ir a tomarnos unas cervezas como hacemos los jueves... pq tenía que defender a unos inquilinos ante el "court de Oakland", dijo. Yo, claro, me quedé perplejo. "no, no... claro que no podemos ir a las cervezas, pq tenemos la opera, te acuerdas?". Y no, no se acordaba. Asi que le recordé que nuestras maravillosas entradas estaban compradas y que ella misma las había sacado del sobre cuando llegaron. Total, que nuestros planes se fueron a la merda, pq las responsabilidades laborales se manifestaban desagradablemente. Pusimos un anuncio para venderlas, y hubo varias personas interesadas, pero ofrecian 50$ como mucho. Para ese precio, creo que prefiero ir yo solo. El dia de la representacion recibi un email de un comprador que se las quedaba por su precio de taquilla. Yo ya me habia decidido a ir solo, pero esta posibilidad parecia una salvacion, asi que quedé con el tipo para venderselas a la entrada. Pero como las cosas no podian salir a la perfeccion el tipo me dijo que su chica llegaria tarde (oh, que sorpresa). Le expliqué que si no estaba a tiempo, yo entraba a la opera y se quedaba sin entradas, y él juró y perjuró que llegaría. Asi que esperé a la entrada, hasta que todo el mundo estaba dentro. Si no entraba antes de que cerrasen las puertas, me quedaba fuera y me perdia la primera parte (podia entrar para la segunda) y corria el riesgo de que el tipo me vendiese. Asi que opté por venderle yo a él, y entré corriendo a mis dos butacas para mi sólo.

No voy a contar muchos más detalles de la representacion, pq Selia se pondría triste si se entera de que fué fantástica, Patricia Racette interpretó magnificamente su papel, la escenografía fué espectacular y no hubo marineras lesbianas haciendo el papel de B. F. Pinkerton. Tendremos que volver (los dos) en otra ocasión.

Bueno, al menos Celia ganó su caso, frente a todo pronóstico (nadie esperaba que su caso saliera adelante) y su sacrificio por cumplir su deber y ayudar a los pobres inquilinos no fué en balde.

miércoles, junio 07, 2006

montañas y arboles

Este fin de semana nos fuimos con Laura, Juan, Dario, y Raquel de excursión por King's Canyon y Sequoia National Park. Vimos arbolitos, animalitos, rios y tal...

De Laura, Juan y el pequeño Dario ya hemos hablado antes. Raquel es una chica de Madrid que está haciendo la tesis en Bellas Artes. El jueves se vino a casa a pasar unos dias, pq se estaba mudando y necesitaba un sitio donde dormir, antes de irse a España de vacaciones este lunes pasado. Su casero anterior parece que tenia mas morro que espalda, y su experiencia en su antigua casa no habia sido nada agradable. A la vuelta de España se cambia a una casa mas grande, con menos gente y sin pulgas, ratas y ardillas que duermen en el techo.

King's Canyon y Sequoia Forest son dos parques nacionales que están uno al lado del otro. En King´s canyon la principal atraccion es el rio, con aguas bravas y un cañón bastante majete que ha excavado en roca caliza (ya habia comentado que Juan es geologo?)... asi que a efectos prácticos me recordó bastante a la tierrina, y al alto Sella. Pero a lo bestia. Agua por un tubo, y bosques con animalitos. Hicimos un pequeño camino, y nos tropezamos con ardillas, marmotas, venados, mapaches... y alguna serpiente de cascabel. Criaturas. Es tan fácil pisarlas, que da miedo pensarlo.


En Sequoia National Park, claro, tenemos los arbolitos esos. Poco más se puede decir, salvo plantar la foto. El bicho grande ese que llega de extremo a extremo de la imagen es el General Sherman, según el cartelito que tenia al lado es posiblemente el ser vivo más grande del mundo (aqui todo es lo mas grande, mas alto, mas viejo, mas bajo, mas moderno y mas mas...). A su izquierda, abajo, hay una cerca, y detrás de la cerca hay unos puntitos difusos (he tenido que bajarle la calidad de la foto, pero en los originales se distinguen claramente).. que son personas sacandose fotos al lado del monstruo.

Y básicamente, eso resumen la excursion. Nos hemos quedado sin camara de fotos (da un err99, que parece que es muy generico) y Raquel se la ha llevado a Madrid para que nos la arreglen. Ahora tienen que venirse Lucia y Teresa a devolvernosla.

Y como última novedad... nuestra cosecha empieza a espabilarse, y hoy hemos descubierto que tenemos un hermosamente pequeño y verde tomate!! Estamos tan contentos!! Vamos a ponerle un nombre, pero aun no nos hemos decidido. Y en la otra planta hay un par de florecillas, que prometen darle un hermanito.

viernes, junio 02, 2006

Paella

El domingo pasado parte del grupo de españoles, los menos serios, nos reunimos para tomar una paella. Como hacía falta un espacio grande para una paellera grande, uno de los catalanes que vive en un coop se ofreció.


Un coop es una cooperativa, es decir la casa pertenence a los que en ese momento están allí viviendo y pagan el alquiler. Con lo que sacan del alquiler compran la comida y las cosas de la casa. En este caso, desde luego, no en productos de limpieza.
Eso sí son hippies y vegetarianos, así que la condición que pusieron para permitirnos hacer la paella era que tenía que ser sin animales muertos en ella. Un valenciano, que según nos dijo habría sido expulsado de un concurso de paellas por añadir agua después del minuto no sé cuantos, (parece ser que te cronometran) se encargo de cocinar. El resultado fue estupendo, o al menos eso nos pareció desde tan lejos de la madre patria. Yo me comí dos platos gigantes aun a riesgo de empeorar mi estreñimiento, me pierdo.
Después de comer, exploramos la casa. En realidad, deberíamos haberlo hecho antes porque aquello era una prueba para cualquier estómago.
En este coop en particular viven unas 60 personas (que por cierto, no se lavan muy a menudo). Eso son dos casas con un jardín, y entre 3 y 5 personas por habitación, más los "peces" que se acoplen. Los "peces" son inquilinos que no pagan renta y les llaman así porque, los peces son las únicas mascotas que se admiten en una casa sin tener que pedir permiso. Solo ví una habitación gigante en la que era imposible andar porque el suelo estaba lleno de cosas tiradas, sábanas, ropa sucia, colchones... y no quisé fijarme más.
Tienen una cocina comunitariaque aprovisionan sólo con comida orgánica, en la que claro se gastan un paston, (que podían invertir en detergentes), una sala de estudio que no pude ver, un salón gigaaante lleno de cojines en el suelo donde una de las inquilinas que se empeñaba en que fueramos a bañarnos en pelotas nos bailó la danza del vientre (vestida). En la casa tienen un artista que se dedica a hacer esculturas y pinturas que vadejando por todas partes , pasillos, puertas... un armario con puertas de cristales donde tienen 3 boas gigantes a las que una vez cada dos semanas le traen una rata descomunal viva, para que coma. (nosotros no podemos tomar pollo con la paella, que cocinamos en el jardín, pero para la boa se gastan un paston en ratas de calidad).
Tienen una casa en el árbol, un tejado con unas vistas estupendas, (eso hay que reconocerlo) en el que vive una tipa , y los bañosque son auténticas pocilgas en las que no hay papel y un cartel que dice "consider wiping with your hands" que en la lengua de los conquistadores quiere decir no descartes limpiarte con la mano.
Celebran food orgies que consisten en darse de comer unos a otros en pelotas y tienen un muñeco de tela tamaño natural al que de vez en cuando se follan, y eso parece ser que es literal. (al parecer, un día apareció en la sala donde lo tienen una tipa en pelotas que se subió sobre él y empezó a gemir a gritos, se bajó y se fue a dormir). Dani dice que cuando llegó estaba un poco sorprendido, pero ahora le está cogiendo el gustillo a esto de la comuna, que ya solo se ducha una vez a la semana y que se queda también el próxima semestre.
Yo creo que el anarquismo puro duro no funciona, es necesario un estado central bien fuerte que ponga un poco de mano dura, si no esto es un desmadre.

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